La molesta migraña
Sin duda, el dolor de cabeza es el mal cotidiano más extendido en el mundo. Se calcula que un 83% de la población sufre al menos un ataque grave al año. Su manifestación más extrema, y sin embargo más desconocida, es la migraña que, además de un insoportable dolor de cabeza, puede causar vómitos y náuseas, en un plazo que puede oscilar entre las cuatro y setenta y dos horas.
Desde la antigüedad
A pesar de que es una de las dolencias más antiguas su primera descripción data de la era Mesopotámica, alrededor del año 4000 A.C, sólo ahora comienza a desentrañarse científicamente el tortuoso laberinto de la migraña, o jaqueca, que en sus catorce maneras de presentarse afecta entre un 13 y un 22 % de la población.
Los neurólogos creen que la clave de la migraña podría encontrarse en algún punto del sistema nervioso central, como el hipotálamo, que conecta directamente con los vasos sanguíneos craneales. Aunque algunos pacientes pueden identificar los factores detonantes de un ataque (consumo de ciertos alimentos o exposición a luces brillantes), no se conoce el mecanismo necesario para que un estímulo externo se convierta en un ataque.
En cualquier caso, el resultado es una dilatación entre los vasos sanguíneos y craneales y sus nervios subsidiarios, que provoca la liberación de sustancias vasoactivas. Ambos hechos provocan el fuerte dolor de cabeza.
Lo que sí se sabe, gracias a estudios estadísticos, es que la migraña es una enfermedad hereditaria, y que afecta más a mujeres que a hombres. Se identifica como un dolor unilateral en la cabeza que se intensifica con el esfuerzo físico y produce eventualmente náuseas y vómitos, así como una gran sensibilidad a la luz, al ruido y a los olores.
De esta forma, los migrañosos que experimentan un promedio de un ataque de unas dieciocho horas de duración por mes, deben aislarse en una habitación oscura y a salvo de ruidos hasta que acabe el dolor, para que los citados factores externos no empeoren el insoportable malestar.
Dejar de trabajar gracias al dolor
La frecuencia de esta enfermedad hace que figure como primera causa de ausencia laboral, al menos en España, por encima incluso de las afecciones gripales. Casi la cuarta parte de las personas que sufren la migraña son avisados inmediatamente antes del ataque con lo que se conoce como aura: luces y figuras geométricas, percibidas por la vista, que anteceden a un momento de completa oscuridad.
A pesar de que es una de las dolencias más antiguas su primera descripción data de la era Mesopotámica, alrededor del año 4000 A.C, sólo ahora comienza a desentrañarse científicamente el tortuoso laberinto de la migraña, o jaqueca, que en sus catorce maneras de presentarse afecta entre un 13 y un 22 % de la población.
Los neurólogos creen que la clave de la migraña podría encontrarse en algún punto del sistema nervioso central, como el hipotálamo, que conecta directamente con los vasos sanguíneos craneales. Aunque algunos pacientes pueden identificar los factores detonantes de un ataque (consumo de ciertos alimentos o exposición a luces brillantes), no se conoce el mecanismo necesario para que un estímulo externo se convierta en un ataque.
En cualquier caso, el resultado es una dilatación entre los vasos sanguíneos y craneales y sus nervios subsidiarios, que provoca la liberación de sustancias vasoactivas. Ambos hechos provocan el fuerte dolor de cabeza.
Lo que sí se sabe, gracias a estudios estadísticos, es que la migraña es una enfermedad hereditaria, y que afecta más a mujeres que a hombres. Se identifica como un dolor unilateral en la cabeza que se intensifica con el esfuerzo físico y produce eventualmente náuseas y vómitos, así como una gran sensibilidad a la luz, al ruido y a los olores.
De esta forma, los migrañosos que experimentan un promedio de un ataque de unas dieciocho horas de duración por mes, deben aislarse en una habitación oscura y a salvo de ruidos hasta que acabe el dolor, para que los citados factores externos no empeoren el insoportable malestar.
Dejar de trabajar gracias al dolor
La frecuencia de esta enfermedad hace que figure como primera causa de ausencia laboral, al menos en España, por encima incluso de las afecciones gripales. Casi la cuarta parte de las personas que sufren la migraña son avisados inmediatamente antes del ataque con lo que se conoce como aura: luces y figuras geométricas, percibidas por la vista, que anteceden a un momento de completa oscuridad.
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