La fortificación de alimentos impulsada por las compras militares

Los investigadores realizan examen exhaustivo de la historia de fortificación de alimentos en la fortificación USFood con vitaminas y minerales es uno de los métodos más eficaces para mejorar la salud y prevenir las deficiencias nutricionales. Es en gran medida responsable de la virtual erradicación de la enfermedad tales como el bocio, raquitismo, beriberi, y la pelagra en los Estados Unidos. Una nueva investigación de la Escuela Johns Hopkins Bloomberg de Salud Pública sugiere que las naciones en desarrollo podrían implementar programas de fortificación de alimentos con éxito al exigir alimentos fortificados para su personal militar. Las conclusiones se basan en una revisión detallada de la historia de los programas de fortificación de alimentos en los EE.UU., que se publica en el 22 de enero, la edición de la revista Desarrollo Económico y Cambio Cultural.

"La fortificación de alimentos en los EE.UU. se llevó a cabo con un alto grado de cooperación entre la industria alimentaria y de las fuerzas públicas. Históricamente, los productores de alimentos han estado ansiosos por proveer alimento fortificado, una vez que se demostró que podría ser rentable ", dijo David Bishai, PhD, co-autor de la revisión y profesor asistente de ciencias de la población y la salud de la familia en la Escuela Johns Hopkins Bloomberg de Público Salud. "Muchas de las fuerzas industriales y de mercado en los EE.UU. no se aplican a las naciones en desarrollo, pero nuestra investigación muestra que los gobiernos pueden tomar medidas para alentar a los fabricantes a fortificar el alimento para el público. Una forma puede ser tener compradores militares demandan productos sólo fortificados ".

Dr. Bishai y coautor Ritu Nalubola, examinaron las grandes olas de la fortificación de alimentos en los Estados Unidos, que incluyen la yodación de la sal en la década de 1920, la fortificación de la leche con vitamina D en la década de 1930, el enriquecimiento de la harina y el pan en la década de 1940 , y la amplia difusión de la adición de calcio a una variedad de productos a partir de la década de 1980. Para la sal, la leche y el pan, la fortificación de alimentos se llevó a cabo mediante el establecimiento de los beneficios para la salud a través de la investigación científica y de obtener el apoyo de los fabricantes de alimentos. En la mayoría de los casos, las manufacturas constatado que las medidas a ser rentable a partir de un llamamiento a los consumidores con campañas publicitarias y de servicio público. Cumplimiento generalizado se realiza generalmente a través de la demanda del mercado en lugar de a través de los mandatos gubernamentales. Los gobiernos son a menudo los compradores grandes de alimentos y pueden influir en la industria.

Sin embargo, los investigadores anotaron que los esfuerzos para enriquecer el pan y la harina fueron particularmente lento porque había poco interés público o incentivo económico. La situación no cambió significativamente hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña comenzó a fabricar la harina sólo enriquecido y comenzó una campaña pública para mejorar la salud de la nación en tiempos de guerra. A pesar de las campañas patrióticas similares en los EE.UU., sólo el 40 por ciento de harina fabricada de la nación se enriquece, porque las empresas más pequeñas continuaron produciendo más barato harina enriquecida para competir con grandes manufacturas. En 1942, el Ejército de los Estados Unidos decidió que compraría harina sólo enriquecido. El movimiento animó a muchos más fabricantes para producir harina enriquecida, pero el 100 por ciento de cumplimiento no se alcanzó hasta 1943 cuando la Administración de Alimentos guerra requiere temporalmente pan enriquecido. Hoy en día, la Administración de Alimentos y Medicamentos no restringe la venta de productos no acondicionadas siempre que estén debidamente etiquetados, pero la mayoría sigue siendo la harina enriquecida con vitaminas del complejo B, hierro y ácido fólico, debido a la demanda del consumidor.

"Los esfuerzos de enriquecimiento de la harina durante la Segunda Guerra Mundial puede ser un modelo importante para las naciones que intentan construir los programas de fortificación de alimentos exitosas en desarrollo", dijo el Dr. Bishai.